Después de años de lucha comenzaron las obras de recuperación de la Plaza Barrancas de Belgrano. Pero en la premura por "mostrar obras" se destruyó un importante patrimonio que debería haber sido conservado.

Finalmente las autoridades iniciaron obras para recuperar la Plaza Barrancas de Belgrano. Pero las obras no contemplaron que se trataba de un área de Protección Histórica.

El Gobierno incumplió la ley 4611, que declaró a las Barrancas de Belgrano como Área de Protección Histórica. Según consta en dicha ley deberían haberse respetado estrictamente todos los elementos de la plaza: sus caminos, sus bancos, sus mesas, sus ladrillos. Más aún, la ley habla de que debería haberse restaurado y recuperado todo lo dañado, consultando la documentación histórica.



También la ley dice claramente que se deberían haber conservado y/o restaurado todos los elementos existentes, las áreas de circulación, caminos y escaleras, los elementos de descanso, el mobiliario, la vegetación y las construcciones ornamentales.

Pero la ignorancia, aliada a la premura electoral por “mostrar obras” pudo más. Ya había ocurrido en las últimas elecciones a Jefe de Gobierno, después de años de abandono las obras requeridas se hicieron apresuradamente en el período preelectoral. Pero por lo menos entonces se preservó el patrimonio. Esta vez, con urgencia se destruyeron las escaleras, las mesas, y los caminos de circulación, hechos de ladrillos con marcas de la historia y de las fábricas de la época. ¿Quién no los vio, quién no los tiene grabados en su memoria?. Antiguos ladrillos con el sello San Isidro, el sello Campana, el sello El Refugio, el sello Ladrillos Impermeables Sin Guano, etc. En vez de restaurar como lo indica la ley, las máquinas destruyeron todo: caminos originales, mesas, bancos y escaleras fueron arrancados de cuajo por las topadoras.



Desde hace años la Asociación Civil Vecinos de Belgrano venía trabajando para recuperar la Plaza Barrancas. En 2008 lo hicimos mediante un expediente formal presentado ante el Jefe de Gobierno y ante el Ministerio de Espacio Público. Paradojalmente la respuesta que se nos dio en ese momento era que " no se podía arreglar la plaza porque no se podían tocar los ladrillos, porque eran históricos." Respondimos que bastaba con nivelar.



El relevamiento realizado por arquitectos de la asociación y funcionarios de la Secretaría de Planeamiento Urbano mostraba que bastaba con cambiar algunos pocos ladrillos rotos y nivelar. Nos ofrecimos para colaborar con las obras. Le recordamos a los funcionarios de turno que el Gobierno de la Ciudad tiene reparticiones específicas, especializadas en tareas de restauración. Pero restaurar da trabajo, cuesta caro y aparece poco. Así se fue parte de nuestra historia. Ante la premura electoral el patrimonio cultural poco importó, tampoco la ley.